Ibn Al-Jatib

Gracias a este poeta sabemos que Oria era tierra de caza, de queso y miel pero ¿sabemos quien era Al-Jatib?, pués Ibn Al-Jatib fue, sin lugar a dudas, uno de los personajes más influyentes del siglo XIV andalusí. Nacido en Loja en 1313 pasó la mayor parte de su vida en Granada al servicio de la dinastía nazarí. Ocupó altos cargos políticos, siendo nombrado “doble visir”, “du l-wizaratayn”. Murió asesinado en la prisión de Fez en 1374. Políticamente fue un personaje altamente influyente. Gozó de numerosas relaciones de amor y de odio con las principales figuras del momento. Debido a esto, tuvo que exiliarse en dos ocasiones al norte de África, en donde se puso al servicio de los gobernantes meriníes. La primera ocasión se marchó acompañando a su soberano y protector, el sultán nazarí Muhammad V. En la segunda ocasión huyó de Granada, y buscó refugio igualmente en la corte meriní. Finalmente fue procesado en Granada, siendo el resultado del juicio la quema de sus obras. Finalmente, en Fez fue condenado a muerte por herejía. Culturalmente también destacó sobremanera. Entró en contacto con los principales eruditos de la época, como Ibn Jaldún. Con éste coincidió en Fez, y posteriormente en la corte nazarí. Sin embargo debido al creciente favor que del sultán Muhammad V gozaba este último, pronto aparecieron suspicacias entre ambos, que se resolvieron con la marcha de Ibn Jaldún, pudiendo así conservar su amistad hasta el fin de sus días. Fue un excelente polígrafo. Escribió más de 60 obras de todos los temas. Las fuentes atribuyen su inmensa capacidad para escribir a la incapacidad, por otra parte, que tenía para dormir, y muchas de estas obras las escribió en sus momentos de insomnio. Entre todas ellas quizás destaca la Ihata fi ta’rij Garnata, una obra en la que incluyó a todos los sabios granadinos, y que introdujo con una valiosa descripción de esta ciudad. Fuente: Junta de Andalucia

José Reche Martos "Pepillo el Carnicero"


Nació el convulso año de 1936 en el seno de una familia orialeña dedicada a diferentes actividades relacionadas con el comercio. Nunca imaginó que su afición a la lectura, a leer todo cuanto caía en sus manos, le abriría las puertas de lo que años más tarde sería su profesión, su pasión y casi su vida. Tampoco pudo adivinar, a sus cinco años, que una prematura afección del oído provocaría una prolongada estancia en la escuela de don Antonio Azor hasta cumplir los dieciocho años. Al socaire de estas circunstancias, José Reche Martos, conocido como Pepillo el Carnicero, emprendió una larga y apasionante aventura entre lámparas, transistores, circuitos y ondas. Habita Pepe en el centro urbano de la localidad, junto a la Basílica de las Mercedes, donde aún se entretiene en su colmado, en tanto que sin poder evitarlo deja arrastrar su tiempo y dedicación a las herramientas del audiovisual, a la radio, a la televisión, a la informática y, como no podía ser menos, a los electrodomésticos. Su entrega es tal, que no hay aparato, cacharro o similar que se haya resistido a las habilidosas manos de este artesano de las ondas. Asido el oído permanentemente a su audífono, habla Pepe con verdadera devoción de su encuentro con la técnica. Dada su inevitable inclinación a leer todo papel impreso, un día de su lejana infancia encontró en mitad de la calle una hoja de periódico que recogió con adoración y descubrió un anuncio: Hágase técnico de radio en Escuela Radio Maymo. Solicitó información sobre el correspondiente curso a distancia, pero se encontró con una dificultad inesperada: no disponía de suficiente dinero para afrontar el pago del mismo. Se le ocurrió comentarlo a su maestro, quien a su vez tenía responsabilidades en el entonces Frente de Juventudes. Esta organización adquirió dicho curso, con un periodo formativo de cuarenta y ocho meses y dos partes, una teórica y otra práctica que consistía en montar y fabricar una radio. Un total de seis jóvenes se inscribieron en este curso, pero tan sólo Pepe concluyó los estudios con éxito y aprovechamiento. as primeras enseñanzas sobre una materia tan atractiva y novedosa entusiasmaron al joven técnico que pronto comenzó a realizar algunas reparaciones. Con el dinero ganado y otro poco que le dieron en su casa logró acoplar un mueble al receptor que construyó y que en agradecimiento regaló a su maestro, don Antonio Azor. El avance y desarrollo de la tecnología no cogió desprevenido al técnico orialeño, quien reciclaba y actualizaba su formación de manera permanente. Tras los transistores apareció la televisión, el medio audiovisual revolucionario por antonomasia, y Pepe se apresuró a estudiar otro curso y a conocer todos los secretos de la caja tonta. Después bucearía todos los entresijos de los electrodomésticos, y últimamente, la informática, la construcción de los más insospechados aparatos y la experimentación electrónica ocupan a este impenitente erudito que siempre vaticinó que la electrónica movería el mundo, como ahora ocurre. Pepillo el Carnicero es un mago de la radio. Artúculo publicado por José Luis Masegosa

Ricardo Gutiérrez Roig

Ricardo Gutiérrez Roig (médico de palacio de Alfonso XII y Alfonso XIII) gracias a el se arregló la Basílica de Nuestra Señora de Las Mercedes, donde se guarda un lignum crucis con certificado de autenticidad, que fue donado por el Papa León XIII gracias a las gestiones que un ilustre orialeño, Ricardo Gutiérrez Roig y diversas reliquias como un hueso del cráneo de San Gregorio. En el año 1.810, durante la guerra de la Independencia, el día 19 de junio entraron los franceses con las tropas Napoleónicas a esta villa, incendiaron entre otras cosas la ermita de San Gregorio y la Iglesia, profanando esta última, quedó muy indecente, caídas su tres capillas de la derecha, sus puertas, canceles y ventanas y Altar Mayor, y todas las de la derecha convertidas en cenizas, y del mismo modo quedó el Sagrario, Sacristía y media naranja. Después de toda esta catástrofe no se pudo hacer culto hasta el día 19 de agosto en que se celebró la primera misa, y al día siguiente se oficio el primer bautismo, pero no quedaron las puertas tapiadas. La Iglesia de Oria fue elevada a la categoría de Basílica Menor en el 1.882 por Su Santidad el papa León XIII. Este título se guardaba en un pergamino dentro de un tubo de latón que fue expoliado cuando la guerra del 36. En el año 1.889, el día 6 de octubre a las once y media de la noche se avisó por el párroco de la villa que había en la sacristía un incendio horroroso; por más esfuerzos que el pueblo hizo para apagarlos, convocándose instantáneamente en el lugar del siniestro, todo lo que había en la sacristía fue destruido por las llamas y no se supo el motivo del incendio. Se destruyeron todos los ornamentos y cayó parte de la bóveda de la sacristía. En estas circunstancias el Ilustrísimo señor don Ricardo Gutiérrez Roig, residente en Madrid, hijo adoptivo de esta villa se preocupó de reponer con creces todo cuanto se había destruido con el referente incendio. En el interior de la Basílica, al entrar a la derecha se lee esta lápida: AD PERPETUAM REI MORIAM AL PRECLARO HIJO ADOPTIVO DE ESTA VILLA EL ILUSTRISIMO SR. D. RICARDO GUTIERREZ ROIG DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUGIA, CABALLERO DE LA SAGRADA ORDEN MILITAR DEL SANTO SEPULCRO, COMENDADOR DE NUMERO DE LA DE ISABEL LA CATOLICA CRUZ DE 1' CLASE DEL MERITO NAVAL Y CRISTO DE PORTUGAL ETC. ETC. DEDICA ESTE HOMENAJE EN PRENDA DE RECONOCIMIENTO LA BASILICA DE ORIA 1.892+1.903. 1.905 VEANSE LOS LIBROS PARROQUIALES

"EL CARBONERO" Un bandolero en la Sierra de Las Estancias

“EL CARBONERO” (Antonio Manchón Jiménez): Natural de Nerpio (Albacete). Su actuación arranca en la primavera de 1940, tras su fuga de la cárcel de Cuevas del Almanzora (Almería). Partiendo de sus bases de la Sierra de los Filabres llegará a dominar dos zonas muy concretas: por el norte, la de Bayarque-Tijola-Lúcar, y por el sur, la de Gérgal-Tabernas. En estos últimos pueblos, tanto la partida del «Carbonero» como otras partidas almerienses, tuvieron puntos de apoyo seguros durante largos años. Esto se debía a la existencia nómada de la familia del “Carbonero”, cuyo apodo le viene de su oficio, que era también el de su padre , con la que el jefe de partida había recorrido, desde sus más jóvenes años, todas las zonas montañosas de Almería y parte de las de Granada, en las que, tenía numerosos amigos y simpatizantes. En el verano de 1941 traslada sus bases hacia el norte: a la Sierra de las Estancias, desde donde batirá la zona de Huércal-Overa Partaloa, Chirivel, El Contador y Oria y la de Puerto Lumbreras (Murcia), ya que uno de sus lugartenientes “el Chófer", conocía bien, gracias a su antigua profesión de camionero. Pero en Majada de Masegosas, un paraje de Venta del Peral, dependiente municipio de Cúllar (Granada), "Carbonero" fue víctima de una encerrona que le preparó un falso enlace, en noviembre de 1941, en la que murió junto a su compañera sentimental, Isabel Navarro Sánchez, en una cueva que fue atacada con bombas de mano por la Guardia Civil. La partida quedó bajo el mando del «Chófer» durante un tiempo y luego los restos de la misma fueron absorbidos por la de "los Matías", de Granada.
“El Carbonero. Vida y andanzas”. Edita: Arráez Editores (2009). Autor: Damián Alonso Pedrosa. ISBN: 978-84-96651-58-6. En Almería no hubo una agrupación guerrillera constituida como tal, pero si existió resistencia armada al franquismo en sus montes. Dos evadidos de las cárceles de posguerra, «El Carbonero» y «El Espaílla» protagonizaron acciones, unas veces políticas y otras de simple supervivencia. La investigación un tanto particular que el autor pone en nuestras manos, es la vida en la sierra de estos dos huidos, y está confeccionada a partir de los relatos orales y documentación diversa. Sin dejar de lado la procedencia política de cada uno, el autor considera más bien como una especie de bandolerismo social las actuaciones de estos huidos, con algunas valoraciones personales un tanto fuera de lugar, de los hechos de estos dos guerrilleros. Encontraremos un capítulo con el siguiente título: “Acciones de bandolerismo más destacadas”. Confeccionaron artesanalmente panfletos que usaron en las fiestas de El Contador. En el que adjunto más abajo se puede leer, de una manera burda e infantil, como no podía ser de otra manera, un bando dirigido a la población. El oficio de Carbonero exigía que la familia al completo, niños incluidos, trabajaran para poder malvivir. La escuela era el último lugar que muchos niños de la época pisaban para aprender algo, y «El Carbonero» y su compañero «El Espaílla» no eran una excepción.

Strabon cita a Oria como la capital de los antiguos oretanos

Al nombre de nuestra vecina villa de la sierra de las estancias, lo deriva Pancracio Celdrán, siguiendo a otros toponomistas, del “antroponimo latino Aurius; villa Auria, fundus o propiedad de Aurius, durante la romanización”. El nombre de Oria, señala García Ramos, es muy interesante y se presta a varias interpretaciones. Podría pensarse en primer lugar en un adjetivo latino a partir de “aurea”. En este caso no sería descabellado pensar en la posible explotación de un yacimiento aurífero durante la época romana. Fonéticamente, el cambio es perfectamente explicable; no olvidemos que la Santa Oria de Gonzalo de Bermeo, es Santa Aurea de la Letanías. Pudo basarse García Ramos en el topónimo Hontoria, traducido como “Fuente Aurea”, o sea, Fuente dorada, apelativo, que según algunos podían aludir a la limonita que contienen sus aguas, que le dan un color dorado. A pesar de todo-sigue García Ramos- nos inclinamos por un origen prerromano, lo que daría a Oria una mayor antigüedad.
Pascual Madoz indica a este respecto: “Oria o Uria para los eruditos, interpretase de los idiomas primitivos, significa población y así lo acredita la constante aplicación que de el se hace”. El informador de Madoz confundió la voz Oria con Orio. Este procede de la voz ibérica y vasca “uri”, que significa “Ciudad pueblo”. Lo que si puede afirmarse el nombre del vecino pueblo de la Sierra de las Estancias y el segundo elemento del topónimo Cantoria, tienen el mismo significado, proceden de la misma lengua, fueron dados por el mismo pueblo prerromano a ambos términos sufrieron las mismas modificaciones a través de los siglos. Strabon cita a Oria como la capital de los antiguos oretanos, pero se puede identificarla como la Oria de Almería, aunque los oretanos se extendieron a esta zona del Suroeste y fueron los que fundaron y dieron el nombre a Oria y Cantoria.
Oria es un río de las vascongadas que nace en la Peña Horadada (Guipúzcoa) , baña a Cegama, Segura, Aliaga Valdivia, Alegría, Tolosa, Andoain, Lasarte y Orio, donde se convierte o transforma en ria y desemboca en el Cantábrico a 3 km de Zarauz.
Oria fue una ciudad italiana, en la provincia de Lecceo, circunscripción de Brindis o Brindisi. Fue fundada por Idomeneo en 1.200 antes de Cristo con el nombre de Hyria. Es sede episcopal. Respecto a Soria, ciertos autores aseguran que se llama Soria por la ermita de Santa Oria, pero otros -y esto es lo más interesante- aluden a un pasado celtíbero de este lugar, la ciudad de Oria o Uria y hay quien escribe de forma tajante, que “la ciudad del Duero, Soria, fue inicialmente llamada Oria o Uria por los celtíberos y aparece ya bajo los romanos con el nombre de Soria.