Luis Tortosa

Entrevistado en el Especial Comunidad Valenciana de Todotransporte, Luis Tortosa, máximo responsable de la empresa de transporte de mercancías que pasea su nombre y apellido por las carreteras de toda Europa, se muestra abiertamente optimista con respecto al futuro del sector: “Vienen tiempos buenos para el camión, sobre todo si somos capaces de cobrar un precio justo”, afirma el empresario almeriense de nacimiento y alicantino de adopción.

En cualquier caso, Tortosa es consciente de cuáles son las expectativas para alguien que, como él, ha logrado levantar una gran empresa partiendo de cero. “Yo he sido camionero, así que sé que no puedo aspirar a hacerme millonario. Pero mi familia y yo vivimos bien, nuestra gente vive bien, tenemos una buena flota propia y poca deuda. Así que me considero un privilegiado”, explica en el reportaje que publicamos en el número de mayo de Todotransporte.

Para continuar con esa exitosa senda, el gerente de la empresa alicantina tiene claro que debe seguir incidiendo en la senda que comenzó a transitar hace ya tiempo: “dentro de lo que el mercado nos deje, intentamos cobrar un precio que nos permita vivir. Y el que no esté dispuesto a pagar un precio digno, hasta luego, Lucas”.

El gerente del operador levantino introduce un elemento interesante en la conversación cuando desliza que puede que el sector esté viviendo una espiral bajista de los precios que no se corresponde con lo que los clientes estarían dispuestos a pagar en ciertos casos. “Hay veces que hemos dado unos precios que nosotros considerábamos altos cuando nos han ofrecido un nuevo servicio porque no nos interesaba demasiado hacerlo. Y nos han dado esos servicios. Por eso creo que a veces los propios transportistas tememos que no nos van a pagar lo que merecemos que se nos pague”, destaca.

Preguntado acerca por otro de los principales problemas que aquejan al sector, la escasez de conductores, Luis Tortosa considera que esta situación no responde a un escenario de salarios demasiado bajos. “Yo no creo que se pague poco. Considero que se paga bien. Lo que sucede es que las condiciones que se dan son nefastas”, asegura Tortosa.

Conductores perseguidos
El gerente del operador alicantino, quien se define a sí mismo como “un conductor vocacional”, hace un repaso de las difíciles condiciones a las que se enfrentan los profesionales del volante: “Llega la hora de dormir y están amedrentados, porque no saben dónde parar, si les van a robar el gasoil, la mercancía o incluso en la propia cabina. Además se sienten perseguidos por todo el mundo (la policía, los controles, etc.) y encima todo el día estresados por ver si se han pasado o no de horas de conducción, si van a poder llegar a su destino”, enumera.

Tortosa tampoco entiende los descansos de 11 horas que han de hacer los conductores. “¿Quien hizo eso en qué estaba pensando? Porque si un conductor duerme seis horas en la cabina luego tiene otras cinco para estar pensando en lo desgraciado que es. En algún momento los legisladores tendrán que dar marcha atrás, porque la situación es inviable”, afirma Tortosa.

Pero no toda la culpa cae del lado de la Administración. De hecho, el gerente de la empresa alicantina subraya que “algunos clientes no son conscientes de lo que putean a una persona cuando la tienen en un muelle cinco horas. Cuando yo me dedicaba a ello el conductor estaba mimado”, rememora Tortosa.

En cualquier caso, la política de personal de Luis Tortosa es ciertamente fructífera, como evidencia el hecho de que “todos los días tenemos a gente que viene a pedir trabajo. Ésa es la suerte que tenemos por habernos creado un buen cartel. Y la verdad es que nosotros a nuestra gente la tratamos bien. Tenemos siete u ocho furgonetas y los fines de semana traemos a casa a todos los conductores que se han quedado sin horas de conducción desde La Junquera para acá. Y el domingo por la noche los devolvemos donde se hayan quedado los camiones. Eso tiene un coste, pero lo hacemos porque facilitamos la vida a nuestros conductores y además el lunes están preparados para salir otra vez de ruta”, relata el gerente de la compañía alicantina.

Juani López

La supercomputación es...”, Juani López Redondo queda pensativa un momento. “Bueno, hablando para el lector no experto, es hacer colaborar entre sí a distintas unidades de proceso (procesadores, ordenadores...), para que resuelvan un problema que es tan costoso de solucionar, que un solo ordenador no sería capaz. Ya sea porque tarda mucho tiempo en resolverlo, o porque necesita tantos recursos que...”.

Estamos en el centro de supercomputación de la Universidad de Almería, y Juani camina entre las baterías de ordenadores, con sus leds parpadeantes. Este es su mundo. Juani es de Oria, y siempre le gustaron las Matemáticas. Hizo la Ingeniería Informática en la UAL, y enseguida empezó a colaborar en el grupo de investigación ‘Supercomputación - Algoritmos’. Luego hizo aquí el doctorado, y ahora es profesora titular, en el grado de Informática.

La supercomputación, pues”, continúa, “lo que permite es reducir el tiempo en que obtienes soluciones, o resolver problemas que son irresolubles con un ordenador convencional. Que, bueno, ya no son tan convencionales. Cualquier móvil tiene ya cuatro núcleos, son cuatro ordenadores trabajando simultáneamente. La supercomputación está mas presente de lo que pensamos”.

Prometedor.

Juani trabaja en dos líneas fundamentales: paralelismo y optimización (inteligencia computacional). “Actualmente, en el grupo estamos en varios proyectos”, explica. “Por ejemplo, hemos desarrollado una herramienta para buscar la similitud de medicamentos dentro de bases de datos. Tienes un ‘target’, un objetivo, y debes enfrentarlo a una base de datos inmensa, de millones de compuestos, para buscar, digámoslo de forma simplificada, cuál se le parece mas. Pero claro, no es solo compararlos. Cada uno está puesto de forma distinta, y tienes que aplicar algoritmos para modificarlos, rotarlos, y hacer que casen lo máximo posible, y ver cuánto se parece cada uno con el target, y entre todos, seleccionar el que mas se le parece”.

El proceso de sacar un nuevo medicamento al mercado puede tardar del orden de 18 años, pues tiene que pasar un proceso que incluye probarlo en pacientes”, afirma. “Y como esa base de datos son medicamentos que ya están probados en humanos...”. Pero esos problemas de optimización son muy grandes, y muy costosos. “Por un lado hay que optimizar para lograr la máxima similitud, y hay que aplicar algoritmos evolutivos. Y por otro, hay que aplicar técnicas de paralelismo, pues, si no, la operación tardaría meses, y no sería algo operativo”.

Juani detalla proyectos del grupo relacionados con los alimentos, la epidemiología... “La supercomputación es hoy una de las líneas de investigación mas prometedoras en el mundo”, asegura. “Cada vez los problemas son mas grandes, y mas complejos, la generación de datos es mayor... Cada día salen mas retos”.

Andrés García Masegosa

Nacido en Oria en 1929, con enorme personalidad, inteligencia e ideas distintas a lo que eran esos tiempos oscuros de la dictadura. Tenía Andrés un talento extraordinario con el manejo de todo tipo de herramientas, que le permitía crear objetos de hierro, madera, dándoles apariencia de añejos. Creaba armas y las hacía aparentar que eran de épocas pasadas, era un apasionado de las culturas primitivas y por eso lo hizo su modus vivendi. La afición antropológica de Andrés García lo hizo derivar a una pasión por los objetos prehistóricos. Tenía un olfato innato para escarbar y hallar todo tipo de vasijas, cuencos, puntas de flecha... Fue el descubridor de los yacimientos de "El Picacho de Oria", después en 1974 un mecenas de la cultura catalán, pagaría a dos arqueólogos y se llevaron todos los restos a Barcelona. En la zona de Baza también hizo descubrimientos arqueológicos. Un día llegaron a su cortijo Martín Almagro, director del museo arqueológico de Madrid y Jesús de Percebal, pintor y creador del movimiento indaliano, se habían enterado que nuestro amigo tenía piezas de mucho valor y que sabía donde encontrar más, Andrés García Masegosa creyó en sus afables palabras, creyó que colaboraría con ellos y que esa sería la solución a sus problemas económicos. ¿Que pasó después? pues que se llevaron todo lo que tenía y no contentos con eso, Martín Almagro denunció a Andrés y tuvo que estar una temporada en la cárcel. Muchas de las piezas de nuestro autodidacta arqueólogo se encuentran en Madrid y otras en el museo arqueológico de Almería. "Junto a estos objetos figura su nombre, Andrés García Masegosa y una inscripción: expolio". ¿Expolio, de quién? ¿del mecenas catalán Bosch, que lo tiene todo en su palacete? ¿de Martín Almagro? ¿de Percebal?, el buen nombre de Andrés García Masegosa sigue sin limpiarse a día de hoy, un luchador , una persona que lo único que quería era darle un futuro a su familia y que recibe justo homenaje en el número 3 de la revista "El Arriero".