Francisco Martínez Teruel

Francisco Martínez Teruel nació en Oria, y es una de aquellas personas que como muchas otras ha hecho de su vida una historia. Hace unos años, sin apenas saber escribir, empezó a recojer toda sus experiencias en forma de poesía para compartirlas con su familia y amigos, y que de ésta forma no perecieran en el olvido sus sensaciones acerca de la guerra civil española, su trabajo como campesino y la lucha del día a día con el único objetivo de vivir su propia vida. Trabajando por el día y escribiendo por la noche Francisco Martínez es ante todo un campesion español. Más información.

Sor Rosenda Granados

En un libro llamado Obituario, del latín obitus (muerte), la reseña de Sor Rosenda suena así: “Le presentaron unos niños para que los tocara, pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él. Y abrazaba a los niños y los bendecía imponiéndoles las manos” (Lc 10, 13ss). Con este texto evangélico, escrito de su puño y letra en una estampa, quiso obsequiarnos nuestra hermana Sor Rosenda, el día 7 de enero de 1982, cuando ya herida de muerte celebró el 25 aniversario de su profesión religiosa, rodeada del cariño de sus hermanas. Con ello nos ratificaba que la tónica característica de su vida fue la sencillez. Nació en el seno de una familia muy cristiana y era la menor de 17 hermanas. Siendo muy joven sintió la llamada del Señor y tras madura reflexión y aconsejada por un santo sacerdote, D. Primitivo Trigueros, de quien ella guardaría siempre fiel y emocionada memoria, solicitó el ingreso en nuestra comunidad, de la que comenzó a formar parte el día 12 de junio de 1955. Tenía 18 años. A finales del año 1980 aparecieron los primeros síntomas de su enfermedad cancerosa, que hizo necesaria la primera intervención quirúrgica. La metástasis obligó de nuevo a una segunda intervención en 1982. Tuvo que sufrir además el duro tratamiento de citostáticos y radiaciones de bomba de cobalto, que la mantuvieron durante casi 4 años en un continuo padecer. Una característica muy propia de ella era su amor a la vida, la amaba como un don que es de Dios. Pero cuando ella comprendió que Dios había tomado personalmente su vida para sí, no opuso resistencia, se dejó hacer. Instalada definitivamente en la enfermería, hubo de aplicársele continuamente oxígeno, respiraba con mucha dificultad. Desde este momento ya no se la dejó sola ni de día ni de noche. A pesar de ser total su impotencia, no la oímos ni una sola queja. Amaba entrañablemente a la Virgen María. En sus últimos días tenía casi de continuo sus ojos fijos en una estampa de la Virgen. Hacia las 12 del mediodía del martes 5 de junio entró en estado de coma. Las monjas permanecimos junto a ella, compartiendo el momento supremo de pasar de este mundo al Padre. Ella, desde la cruz, nosotras, desde el umbral del misterio donde Cristo moría de nuevo en su muerte y llevaba a cabo en ella la obra de la redención. Amanecía ya el 6 de junio cuando nuestra hermana abrió sus ojos a la luz imperecedera de la Pascua de Cristo. Había nacido el día 2 de noviembre de 1936, en Rambla de Oria (Almería). Está enterrada en el cementerio del Monasterio de Corpus Christi de Carcagente (Valencia). Más información aquí.

Luis Caparrós Mirón

EXDELEGADO DE VIVIENDA Y ORDENACIÓN DEL TERRITORIO EN ALMERÍA. Natural de Rambla de Oria (Oria, Almería), de 56 años, Luis Caparrós ha sido el delegado provincial de la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía en Almería desde septiembre de 2003 hasta 2010. Es diplomado en Ciencias Humanas, en la especialidad de Lengua y Literatura, y funcionario de carrera desde 1978. Entre sus distintas responsabilidades públicas, destaca su periodo como alcalde de Purchena de 1991 hasta 1999. También ha sido vicepresidente de la Mancomunidad del Mármol desde 1991 a 1995, presidente del Consorcio Residuos Sólidos de Sufli, Sierro y Purchena y diputado provincial desde 1999 a septiembre 2003.

Baltasar Lirola Arqueros

Baltasar Lirola Arqueros fue un poeta, intelectual y canónigo español nacido en Dalías, provincia de Almería el 5 de enero de 1798 y fallecido en Granada en diciembre de 1849. Hijo de Baltasar Lirola y Rosa Arqueros, ingresó en 1813 en el colegio-seminario de San Dionisio del Sacromonte granadino, donde estudió filosofía y teología, materias en las que se doctoró en 1816 por la Universidad de Orihuela (Alicante). Fue nombrado secretario episcopal de Málaga en 1826 y ejerció como párroco del pueblo de Oria (Almería) durante tres años. En 1830 ganó el puesto de canónigo lectoral de la catedral de Guadix (Granada), pero renunció a tal prebenda. En 1831, no obstante, obtuvo la canongía de la colegiata del Sacromonte, de cuyo colegio fue rector y donde impartió clase a, entre otros, el escritor cordobés Juan Valera. Fue gran orador y colaborador de revistas y periódicos, profesor, bibliófilo y pintor aficionado de cuya mano se conserva alguna obra pictórica apreciable. En lo literario, destacó en poesía, siendo su composición más célebre la oda Sierra Nevada. Su obra fue elogiada, entre otros, por su alumno, el citado Valera, por Pedro Antonio de Alarcón, y por José de Ramos López.

Andrés Navarro Galera

Es doctor en ciencias económicas y empresariales y profesor titular del Departamento de Economía Financiera y Contabilidad. Su actividad investigadora se centra en la evaluación de la eficacia y eficiencia de servicios públicos como en el análisis y aplicación de normas internacionales de información financiera en administraciones públicas. Destaca por sus aportaciones en artículos de revistas internacionales con alto impacto en el área de Administración Pública y Contabilidad y Finanzas, como en la autoría de varias obras y capítulos de libros editados por la Intervención General de la Administración del Estado (Ministerio de Economía y Hacienda), Cámara de Cuentas de Andalucía, el Instituto Andaluz de Administración Pública o la Federación Española de Municipios y Provincias. Se le han otorgado premios de investigación por la International Public Management Journal, la Sindicatura de Comptes de la Generalitat Valenciana, la Cámara de Cuentas de Andalucía y el del Instituto Andaluz de Administración Pública. En la gestión universitaria ocupó el cargo de Director de Sistemas de Información Económica de la Universidad de Granada, de Vicedecano de Asuntos Económicos y Relaciones con Empresas de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, ha sido Coordinador del Programa de Doctorado “Economía, Gestión y Control de Entidades y Políticas Públicas”, y hasta el momento de su nombramiento como Gerente fue Director de la Oficina Económica adscrita al equipo de Gerencia.

José Luis Masegosa Requena

El periodista y escritor José Luis Masegosa Requena, natural de Oria, licenciado en Derecho, es un intelectual pegado a su gente. Una persona sensible e inteligente. Muchos desconocen sus éxitos literarios o su afición por los viñedos. Es un bodeguero exquisito. Minucioso y atento, siempre está dispuesto a ayudar a los demás. Por su vida han pasado cosas que llegan directamente al corazón, con pérdidas humanas de personas imprescindibles. Sí, la vida le ha golpeado, y mucho. Hijo de maestros, es profesor de la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Granada, licenciado  en Ciencias de la Información, redactor de Canal Sur Televisión y colaborador literario de La Voz de Almería, periódico que le reconoció recientemente con uno de los premios que más ilusión le acarrea por el hecho de entregarse en su comarca, la del Almanzora, zona que conoce palmo a palmo.
Fue delegado de Canal Sur Televisión en Almería durante el periodo 1993-1994.  La seña de identidad que le define es el de un gran periodista, pegado a su tierra. Buena persona, contrastada en distintas “pruebas de algodón”. Masegosa es una persona poliédrica, un periodista que documenta las historias humanas mejor que nadie. Su sabiduría es grande para saber cómo afrontar con tolerancia las miserias humanas. Sigue convencido de que éste es el oficio más bello del mundo por mucho que la crisis golpee y haya pérdida de credibilidad. Traslada un periodismo sereno y literario. Algunos lo perciben como un ser introvertido  que evita hablar a todo el mundo de sus problemas. Ha tejido una buena gavilla de amigos por todas partes. Su mirada irónica y vivaz busca la verdad, sobre todo en las historias en las que hay aspectos humanos que sirven de ejemplo a los demás. Recuerdo que en una ocasión, el coordinador de Canal Sur Televisión Aurelio Capa me dijo que como Masegosa no hay nadie para entrevistar y contar la memoria de ciudadanos anónimos.Es quien mejor documenta las historias. Ahí están sus trabajos sobre Francisco Ayala, José Saramago,  Morente o Carlos Cano, sin olvidar a los personajes anónimos. Es coautor de distintas publicaciones como la Enciclopedia General de Andalucía, que dirige su amigo Antonio Ramos, con el que cofundó el extinto Diario de Granada en 1982. Ha sido jefe de Prensa de la Diputación de Granada y ha participado en varios cursos de verano como ponente. Tiene en su poder el Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Martos (1986) con Yo, niña bien; el primer premio de relatos Mahimón 1982 con Monólogo para tarde de lluvia; el premio Álvarez de Sotomayor de cuentos con Sinfonía estival para un niño del Almanzora y coautor de Crónica de un sueño (2005). Con el Sindicato de Periodistas publica estos días un trabajo inédito sobre la inmigración. Oria es su verdadero sitio y el lugar que le hace más humanista con la conclusión de que el mal no conduce a ningún camino. Algún día escribiremos sobre sus personajes como el estilista, la pastelera, del amigo Tomás Gallego, o del agitador cultural Ginés Reche. Creo que este embajador de Almería aporta mucho más de lo que recibe. Periodista auténtico sin egos revueltos, que diría Juan Cruz. Crónica de Antonio Torres, doctor en periodismo.

Sebastián Elquagaci

La sublevación morisca prendió en toda la Cuenca del Almanzora. Al mando de Sebastián Elquagaci (nacido en Oria), El Maleh formó una partida de 150 hombres con la orden de sublevar los pueblos cercanos. En Albox tendrí­a especial significación esta partida con la muerte de 40 cristianos y el apresamiento de 13 mujeres. Sebastián Elquagaci fue apresado y conducido a Cuenca donde serí­a juzgado por la Inquisición. Se le condenó con la confiscación de sus bienes, sambenito perpetuo y seis años de galeras. El cabecilla de los moriscos de Oria, Sebastián Elquagaci, contó a los inquisidores de Cuenca que “había hecho guado lavándose las manos, cara, brazos, piernas, partes vergonzosas detrás y delante y otras partes del cuerpo, y luego se ponía camisa limpia y acudía con los demás moros a la iglesia de Purchena a hacer la zala y la hacía alzando y bajando la cabeza, diciendo alahabar, como lo decía y hacía la persona que les enseñaba...” Luis Hazen, morisco de Huércal, dijo que a los entierros solamente asistían los hombres e iban diciendo unas palabras, que recordaba –“Leyla laylala Mahamet la colola calala alay guacala Mahamet la colala”- pero no sabía lo que querían decir. Más info...

Juan Chacón, Escultura en Almería

Juan Chacón nace en Oria (Almería), 1957. Escultor autodidacta, de vocación nómada de caminos Y veredas lamidas por el viento. Habitante de la diáspora táctil de la imaginación. Amante de su entorno natural a los quince años empieza trabajando en un mestizaje de fusión, simbiosis entre madera y mármol, ahondando en la esencia de materias ancestrales y nuevas. Códigos de sueños despiertos, difuminan la realidad rebasando el límite de lo cotidiano convirtiendo su arte en complejos universos simbólicos: luces, sombras, olores, esencia de vuelo libre. Tú y la materia antropomorfa. Foco inspirador, contenedor de vivencias, necesidad en expresar vetas de emoción. Difícil sencillez de sugerencias abstractas para llegar a la perfección sublime de la belleza. Fuente: Web Propia

Joaquín Sánchez y Andrés Martínez, trabajadores del Túnel de Encinacorba

El día 5 de octubre de 1928 el periódico “La Voz de Aragón” publicaba que cerca de Encinacorba, en el Alto del Puerto de San Martín, cuando se estaba construyendo un túnel, se había producido un derrumbamiento durante los trabajos de perforación, quedando sepultados diez trabajadores. El suceso fue así. El día 30 de septiembre a las cinco de la tarde el capataz colocó los cartuchos de dinamita que forman el barreno y a las cinco y media entró de nuevo para ver el resultado que no reparó nada anormal. A las siete de la tarde entró el turno de noche a realizar los trabajos y a las ocho y media un derrumbamiento sepultó a los obreros León Sánchez, Andrés Martínez y Adolfo Sancho. A los gritos de auxilio, los restantes compañeros acudieron en su ayuda y otro desprendimiento sepultó a los que trabajaban en socorro de los primeros aprisionados por las tierras. En el túnel por la boca Sur, a unos 220 metros estaban los primeros escombros del derrumbamiento, y a unos diez metros sepultado el capataz Salvador Miguel y el obrero Florián Casanova. El primero era natural de Fortanete (Teruel), tenía 35 años, con esposa y dos hijos. Florián joven de 18 años, soltero y de Encinacorba. Los restantes fueron: Félix Zuazo, capataz, soltero, natural de Aulesti (Vizcaya); José Cruz Monserrat, de 28 años, soltero, de Iglesuela del Cid; Vicente Collado Martín, de Albarracín (Teruel); León Sánchez, de 21 años, soltero, de Cerveruela; Andrés Martínez, de 27 años, casado, teniendo dos hijos y natural de Oria; Nicolás Martínez. Los trabajadores que lograron sobrevivir de la tragedia con esfuerzos y desgarrones fueron: Enrique López, de 25 años, de Villar de Cuilla (Lugo); Joaquín Sánchez, de 45 años, natural de Oria (Almería); Daniel Piquer, de 25 años, que salvo la vida resistiendo 36 horas bajo una vagoneta y 16 horas sin agua ni luz, medio enterrado y saliendo por un boquete que le abrieron los compañeros Salvador y Francisco Allén. El médico de Encinacorba atendió a los obreros heridos y el Juzgado de instrucción de Daroca con el juez realizó las declaraciones a los salvados de la catástrofe. El suceso causó una gran pesadumbre y zozobra en la población de Encinacorba y comarca, que quedaron consternados. En la Iglesia parroquial se celebraron los funerales con asistencia de todos los obreros del ferrocarril, autoridades, ingenieros de la Compañía y el pueblo todo de Encinacorba.