Ibn Al-Jatib

Gracias a este poeta sabemos que Oria era tierra de caza, de queso y miel pero ¿sabemos quien era Al-Jatib?, pués Ibn Al-Jatib fue, sin lugar a dudas, uno de los personajes más influyentes del siglo XIV andalusí. Nacido en Loja en 1313 pasó la mayor parte de su vida en Granada al servicio de la dinastía nazarí. Ocupó altos cargos políticos, siendo nombrado “doble visir”, “du l-wizaratayn”. Murió asesinado en la prisión de Fez en 1374. Políticamente fue un personaje altamente influyente. Gozó de numerosas relaciones de amor y de odio con las principales figuras del momento. Debido a esto, tuvo que exiliarse en dos ocasiones al norte de África, en donde se puso al servicio de los gobernantes meriníes. La primera ocasión se marchó acompañando a su soberano y protector, el sultán nazarí Muhammad V. En la segunda ocasión huyó de Granada, y buscó refugio igualmente en la corte meriní. Finalmente fue procesado en Granada, siendo el resultado del juicio la quema de sus obras. Finalmente, en Fez fue condenado a muerte por herejía. Culturalmente también destacó sobremanera. Entró en contacto con los principales eruditos de la época, como Ibn Jaldún. Con éste coincidió en Fez, y posteriormente en la corte nazarí. Sin embargo debido al creciente favor que del sultán Muhammad V gozaba este último, pronto aparecieron suspicacias entre ambos, que se resolvieron con la marcha de Ibn Jaldún, pudiendo así conservar su amistad hasta el fin de sus días. Fue un excelente polígrafo. Escribió más de 60 obras de todos los temas. Las fuentes atribuyen su inmensa capacidad para escribir a la incapacidad, por otra parte, que tenía para dormir, y muchas de estas obras las escribió en sus momentos de insomnio. Entre todas ellas quizás destaca la Ihata fi ta’rij Garnata, una obra en la que incluyó a todos los sabios granadinos, y que introdujo con una valiosa descripción de esta ciudad. Fuente: Junta de Andalucia

José Reche Martos "Pepillo el Carnicero"


Nació el convulso año de 1936 en el seno de una familia orialeña dedicada a diferentes actividades relacionadas con el comercio. Nunca imaginó que su afición a la lectura, a leer todo cuanto caía en sus manos, le abriría las puertas de lo que años más tarde sería su profesión, su pasión y casi su vida. Tampoco pudo adivinar, a sus cinco años, que una prematura afección del oído provocaría una prolongada estancia en la escuela de don Antonio Azor hasta cumplir los dieciocho años. Al socaire de estas circunstancias, José Reche Martos, conocido como Pepillo el Carnicero, emprendió una larga y apasionante aventura entre lámparas, transistores, circuitos y ondas. Habita Pepe en el centro urbano de la localidad, junto a la Basílica de las Mercedes, donde aún se entretiene en su colmado, en tanto que sin poder evitarlo deja arrastrar su tiempo y dedicación a las herramientas del audiovisual, a la radio, a la televisión, a la informática y, como no podía ser menos, a los electrodomésticos. Su entrega es tal, que no hay aparato, cacharro o similar que se haya resistido a las habilidosas manos de este artesano de las ondas. Asido el oído permanentemente a su audífono, habla Pepe con verdadera devoción de su encuentro con la técnica. Dada su inevitable inclinación a leer todo papel impreso, un día de su lejana infancia encontró en mitad de la calle una hoja de periódico que recogió con adoración y descubrió un anuncio: Hágase técnico de radio en Escuela Radio Maymo. Solicitó información sobre el correspondiente curso a distancia, pero se encontró con una dificultad inesperada: no disponía de suficiente dinero para afrontar el pago del mismo. Se le ocurrió comentarlo a su maestro, quien a su vez tenía responsabilidades en el entonces Frente de Juventudes. Esta organización adquirió dicho curso, con un periodo formativo de cuarenta y ocho meses y dos partes, una teórica y otra práctica que consistía en montar y fabricar una radio. Un total de seis jóvenes se inscribieron en este curso, pero tan sólo Pepe concluyó los estudios con éxito y aprovechamiento. as primeras enseñanzas sobre una materia tan atractiva y novedosa entusiasmaron al joven técnico que pronto comenzó a realizar algunas reparaciones. Con el dinero ganado y otro poco que le dieron en su casa logró acoplar un mueble al receptor que construyó y que en agradecimiento regaló a su maestro, don Antonio Azor. El avance y desarrollo de la tecnología no cogió desprevenido al técnico orialeño, quien reciclaba y actualizaba su formación de manera permanente. Tras los transistores apareció la televisión, el medio audiovisual revolucionario por antonomasia, y Pepe se apresuró a estudiar otro curso y a conocer todos los secretos de la caja tonta. Después bucearía todos los entresijos de los electrodomésticos, y últimamente, la informática, la construcción de los más insospechados aparatos y la experimentación electrónica ocupan a este impenitente erudito que siempre vaticinó que la electrónica movería el mundo, como ahora ocurre. Pepillo el Carnicero es un mago de la radio. Artúculo publicado por José Luis Masegosa

Ricardo Gutiérrez Roig

Ricardo Gutiérrez Roig (médico de palacio de Alfonso XII y Alfonso XIII) gracias a el se arregló la Basílica de Nuestra Señora de Las Mercedes, donde se guarda un lignum crucis con certificado de autenticidad, que fue donado por el Papa León XIII gracias a las gestiones que un ilustre orialeño, Ricardo Gutiérrez Roig y diversas reliquias como un hueso del cráneo de San Gregorio. En el año 1.810, durante la guerra de la Independencia, el día 19 de junio entraron los franceses con las tropas Napoleónicas a esta villa, incendiaron entre otras cosas la ermita de San Gregorio y la Iglesia, profanando esta última, quedó muy indecente, caídas su tres capillas de la derecha, sus puertas, canceles y ventanas y Altar Mayor, y todas las de la derecha convertidas en cenizas, y del mismo modo quedó el Sagrario, Sacristía y media naranja. Después de toda esta catástrofe no se pudo hacer culto hasta el día 19 de agosto en que se celebró la primera misa, y al día siguiente se oficio el primer bautismo, pero no quedaron las puertas tapiadas. La Iglesia de Oria fue elevada a la categoría de Basílica Menor en el 1.882 por Su Santidad el papa León XIII. Este título se guardaba en un pergamino dentro de un tubo de latón que fue expoliado cuando la guerra del 36. En el año 1.889, el día 6 de octubre a las once y media de la noche se avisó por el párroco de la villa que había en la sacristía un incendio horroroso; por más esfuerzos que el pueblo hizo para apagarlos, convocándose instantáneamente en el lugar del siniestro, todo lo que había en la sacristía fue destruido por las llamas y no se supo el motivo del incendio. Se destruyeron todos los ornamentos y cayó parte de la bóveda de la sacristía. En estas circunstancias el Ilustrísimo señor don Ricardo Gutiérrez Roig, residente en Madrid, hijo adoptivo de esta villa se preocupó de reponer con creces todo cuanto se había destruido con el referente incendio. En el interior de la Basílica, al entrar a la derecha se lee esta lápida: AD PERPETUAM REI MORIAM AL PRECLARO HIJO ADOPTIVO DE ESTA VILLA EL ILUSTRISIMO SR. D. RICARDO GUTIERREZ ROIG DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUGIA, CABALLERO DE LA SAGRADA ORDEN MILITAR DEL SANTO SEPULCRO, COMENDADOR DE NUMERO DE LA DE ISABEL LA CATOLICA CRUZ DE 1' CLASE DEL MERITO NAVAL Y CRISTO DE PORTUGAL ETC. ETC. DEDICA ESTE HOMENAJE EN PRENDA DE RECONOCIMIENTO LA BASILICA DE ORIA 1.892+1.903. 1.905 VEANSE LOS LIBROS PARROQUIALES

"EL CARBONERO" Un bandolero en la Sierra de Las Estancias

“EL CARBONERO” (Antonio Manchón Jiménez): Natural de Nerpio (Albacete). Su actuación arranca en la primavera de 1940, tras su fuga de la cárcel de Cuevas del Almanzora (Almería). Partiendo de sus bases de la Sierra de los Filabres llegará a dominar dos zonas muy concretas: por el norte, la de Bayarque-Tijola-Lúcar, y por el sur, la de Gérgal-Tabernas. En estos últimos pueblos, tanto la partida del «Carbonero» como otras partidas almerienses, tuvieron puntos de apoyo seguros durante largos años. Esto se debía a la existencia nómada de la familia del “Carbonero”, cuyo apodo le viene de su oficio, que era también el de su padre , con la que el jefe de partida había recorrido, desde sus más jóvenes años, todas las zonas montañosas de Almería y parte de las de Granada, en las que, tenía numerosos amigos y simpatizantes. En el verano de 1941 traslada sus bases hacia el norte: a la Sierra de las Estancias, desde donde batirá la zona de Huércal-Overa Partaloa, Chirivel, El Contador y Oria y la de Puerto Lumbreras (Murcia), ya que uno de sus lugartenientes “el Chófer", conocía bien, gracias a su antigua profesión de camionero. Pero en Majada de Masegosas, un paraje de Venta del Peral, dependiente municipio de Cúllar (Granada), "Carbonero" fue víctima de una encerrona que le preparó un falso enlace, en noviembre de 1941, en la que murió junto a su compañera sentimental, Isabel Navarro Sánchez, en una cueva que fue atacada con bombas de mano por la Guardia Civil. La partida quedó bajo el mando del «Chófer» durante un tiempo y luego los restos de la misma fueron absorbidos por la de "los Matías", de Granada.
“El Carbonero. Vida y andanzas”. Edita: Arráez Editores (2009). Autor: Damián Alonso Pedrosa. ISBN: 978-84-96651-58-6. En Almería no hubo una agrupación guerrillera constituida como tal, pero si existió resistencia armada al franquismo en sus montes. Dos evadidos de las cárceles de posguerra, «El Carbonero» y «El Espaílla» protagonizaron acciones, unas veces políticas y otras de simple supervivencia. La investigación un tanto particular que el autor pone en nuestras manos, es la vida en la sierra de estos dos huidos, y está confeccionada a partir de los relatos orales y documentación diversa. Sin dejar de lado la procedencia política de cada uno, el autor considera más bien como una especie de bandolerismo social las actuaciones de estos huidos, con algunas valoraciones personales un tanto fuera de lugar, de los hechos de estos dos guerrilleros. Encontraremos un capítulo con el siguiente título: “Acciones de bandolerismo más destacadas”. Confeccionaron artesanalmente panfletos que usaron en las fiestas de El Contador. En el que adjunto más abajo se puede leer, de una manera burda e infantil, como no podía ser de otra manera, un bando dirigido a la población. El oficio de Carbonero exigía que la familia al completo, niños incluidos, trabajaran para poder malvivir. La escuela era el último lugar que muchos niños de la época pisaban para aprender algo, y «El Carbonero» y su compañero «El Espaílla» no eran una excepción.

Strabon cita a Oria como la capital de los antiguos oretanos

Al nombre de nuestra vecina villa de la sierra de las estancias, lo deriva Pancracio Celdrán, siguiendo a otros toponomistas, del “antroponimo latino Aurius; villa Auria, fundus o propiedad de Aurius, durante la romanización”. El nombre de Oria, señala García Ramos, es muy interesante y se presta a varias interpretaciones. Podría pensarse en primer lugar en un adjetivo latino a partir de “aurea”. En este caso no sería descabellado pensar en la posible explotación de un yacimiento aurífero durante la época romana. Fonéticamente, el cambio es perfectamente explicable; no olvidemos que la Santa Oria de Gonzalo de Bermeo, es Santa Aurea de la Letanías. Pudo basarse García Ramos en el topónimo Hontoria, traducido como “Fuente Aurea”, o sea, Fuente dorada, apelativo, que según algunos podían aludir a la limonita que contienen sus aguas, que le dan un color dorado. A pesar de todo-sigue García Ramos- nos inclinamos por un origen prerromano, lo que daría a Oria una mayor antigüedad.
Pascual Madoz indica a este respecto: “Oria o Uria para los eruditos, interpretase de los idiomas primitivos, significa población y así lo acredita la constante aplicación que de el se hace”. El informador de Madoz confundió la voz Oria con Orio. Este procede de la voz ibérica y vasca “uri”, que significa “Ciudad pueblo”. Lo que si puede afirmarse el nombre del vecino pueblo de la Sierra de las Estancias y el segundo elemento del topónimo Cantoria, tienen el mismo significado, proceden de la misma lengua, fueron dados por el mismo pueblo prerromano a ambos términos sufrieron las mismas modificaciones a través de los siglos. Strabon cita a Oria como la capital de los antiguos oretanos, pero se puede identificarla como la Oria de Almería, aunque los oretanos se extendieron a esta zona del Suroeste y fueron los que fundaron y dieron el nombre a Oria y Cantoria.
Oria es un río de las vascongadas que nace en la Peña Horadada (Guipúzcoa) , baña a Cegama, Segura, Aliaga Valdivia, Alegría, Tolosa, Andoain, Lasarte y Orio, donde se convierte o transforma en ria y desemboca en el Cantábrico a 3 km de Zarauz.
Oria fue una ciudad italiana, en la provincia de Lecceo, circunscripción de Brindis o Brindisi. Fue fundada por Idomeneo en 1.200 antes de Cristo con el nombre de Hyria. Es sede episcopal. Respecto a Soria, ciertos autores aseguran que se llama Soria por la ermita de Santa Oria, pero otros -y esto es lo más interesante- aluden a un pasado celtíbero de este lugar, la ciudad de Oria o Uria y hay quien escribe de forma tajante, que “la ciudad del Duero, Soria, fue inicialmente llamada Oria o Uria por los celtíberos y aparece ya bajo los romanos con el nombre de Soria.

Antonio Marchán, "Grandeza en miniatura"

En junio de 1989 se le rindió un memorable homenaje en su barriada de residencia, los Cerricos, promovido por la Diputación Provincial, Ayuntamiento de Oria y el servicio de Apoyo Escolar, juntamente con Preescolar en casa. Además hay que sumar las diferentes exposiciones que realizó por diferentes puntos de la provincia. Compartiendo alguna de ellas con el escultor Pedro Gilabert, amigo por el cual sintió una gran admiración. Así como su intervención en el I Festival de Cultura Orialeño, que se divulgó por Radio Almanzora, (Cadena Ser) en Agosto de 1994. Al igual que su participación en el programa Tal Como Somos de Canal Sur TV, en 1995. En todos los reconocimientos que recibió este hombre destaca la dedicación por parte del Ayuntamiento de Oria la Plaza de los Cerricos, la cual lleva la inscripción “Plaza Antonio Marchán” el día 16 de Mayo de 1994, al que él hacía referencia, “eso es lo más grande, no es para tanto, que a mi me dediquen la plaza”, palabras que reflejaban en él la sencillez y humildad que hemos descrito a lo largo de este artículo. Debido a su delicado estado de salud, aquel encuentro en la casa de su hija Rosa, en la barriada de la Noria (Chirivel), fue para nosotros muy emotiva, y a la vez, muy triste, porque éramos conscientes de la despedida del gran maestro de la miniatura; del “Tío Antonio”, para los que lo queríamos y admirábamos. Falleció unos días después, el 10 de junio de 1999. En el tema de la “mili”, Antonio tuvo suerte ya que se libró, después para seguir el movimiento de sus vecinos emigró a Cataluña, concretamente a Lérida. Cuando ahorró lo suficiente, se compró una tierra que le costó 5.000 reales, esta tierrecilla plantada de almendros la cultivó y la cuidaba hasta cumplidos los 90 años. Estos últimos años los pasó acompañado de sus hijos, él nos reflejaba en aquella época en una de las conversaciones que mantuvimos con él “aquí me tienen entre algodones”. Nos comentaba emocionado y con la voz algo quebrada “cuando perdí a mi mujer en el75, yo me quedé destrozado y una noche para matar mi soledad cogí un palo y empecé a hacer un arado…” Esa vocación empezó para evadirse de ese dolor que ahogaba su vida “perdí lo que más quería en el mundo”. Y así, de esa manera tan triste, empezó su vocación artesana. Debido a ello nos ha dejado una extensa obra impregnada toda ella de vivencias de su entorno: arados, fraguas, yuntas, hornos de pan, llegando a tener un total de 200 piezas distintas. En lo mínimo consiguió encerrar el enigma más grande del arte, logrando meter 10 arados, con 11 piezas cada uno, con una perfección insuperable, en una caja de cerillas. Los mandó como obsequio a sus majestades los reyes y éstos, en un gesto de reconocimiento hacia él y su obra, le dirigieron unas palabras de gratitud. Antonio Marchán estuvo reconocido como uno de los mejores artesanos miniaturistas de esta provincia e incluso fuera de ella, como acreditan los numerosos premios, reconocimientos y homenajes que se le han ofrecido a lo largo de su andadura artística.

Ginés Reche, poeta de Las Estancias

Ginés Reche, vecino de Oria que en la actualidad es técnico de Cultura en el Ayuntamiento, ha publicado su obra poética ‘Huésped extraño’, una primera publicación con la que ha alcanzado el premio Joaquín Benito de Lucas (2006) por unanimidad del jurado. Ginés Reche nació en 1966 en Oria. Desde siempre ha estado ligado al mundo de las Letras; ya en su época de estudiante fue miembro fundador de la revista ‘Contrapunto’. En su pueblo natal fundó los Encuentros de Poetas Almerienses, encargándose de su organización y coordinación desde 1991 hasta 1998. En ellos participaron relevantes escritores, poetas y críticos literarios del panorama nacional, como José Hierro y Félix Grande. Ha codirigido, junto con Francisco Galera García, la Colección Cuentos Solidarios, con objetivos benéficos y de atención social para un proyecto en Mozambique. Ha publicado en algunas antologías, como la dirigida por José Antonio Santano, y revistas literarias como ‘Faherja’, ‘Ágora’, ‘Papeles de Urs’, ‘Almedina’, etcétera. ‘Huésped extraño’ ha sido una obra muy elogiada por la crítica. Pilar Quirosa ha descrito la poesía de Ginés Reche como “un aprendizaje de la vida que se mueve por las infinitas moradas del ser. Ayer y hoy se funden en la memoria, destacando el goce de los instantes que se saben perecederos”. El propio Joaquín Benito de Lucas, que da nombre al premio que ha recibido, destacó “la composición de los poemas, todos de arte menor, en una estructura casi minimalista, que sea apoya en la economía del lenguaje y, a veces, en el silencio como complemento de la expresividad”.

D. Manuel Martínez y Molina, Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III

En el cementerio Municipal de Oria tenemos el placer de contar con la presencia de un mausoleo dedicado a D. Manuel Martínez y Molina, Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, la cual fue establecida por el Rey de España, Carlos III, mediante Real Cédula de 19 de septiembre de 1771 con el lema «Virtuti et merito», con la finalidad de condecorar a aquellas personas que se hubiesen destacado especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona. Desde su creación, es la más distinguida condecoración civil que puede ser otorgada en España. Aunque se encuentra dentro de la categoría de las Órdenes Militares desde su creación, formalmente se convirtió en orden civil en 1847. Tanto la Orden como las condecoraciones que se otorgan están reguladas en un Real Decreto de 1992, donde se fija como objetivo "recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios a la Nación" y por una Orden de 8 de mayo de 2000.

Rogelio Martínez Masegosa, General Jefe de la Agrupación de tráfico de la Guardia Civil

CURRICULUM VITAE ROGELIO MARTÍNEZ MASEGOSA
Nace el 7 de octubre de 1949 en Oria (Almería). General de Brigada desde 2002. Licenciado en Derecho por la Universidad de Murcia. Cursó sus estudios Militares en la Academia General Militar de Zaragoza y en la Academia Especial de la Guardia Civil. Desde Junio de 2004 es Jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. A lo largo de su dilatada trayectoria profesional destaca la gerencia de la Jefatura de Servicios Técnicos, la Subdirección General Personal, la Intervención Central de Armas y Explosivos, entre otros muchos cargos que ha desempeñado desde el año 1967 dentro del cuerpo de la Guardia Civil. Entre las condecoraciones que se le han otorgado, destacan la Cruz al Orden Mérito de la Guardia Civil, la Cruz al Orden del Mérito Militar, la Cruz Real y Militar de la Orden de San Hermenegildo, la Cruz al Mérito Policial y la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, entre otros.

Cuarto guardia civil almeriense asesinado por ETA

José Antonio Martínez, natural de Oria, tenía sólo 26 años cuando él y otros agentes fueron sorprendidos por un comando terrorista en la localidad de Lequeito. Dos de los etarras también perdieron la vida.
El 1 de febrero de 1980 un comando de la banda terrorista de ETA ametralló un convoy de la Guardia Civil que escoltaba un furgón con armamento pesado en la localidad de Ispaster (Vizcaya). En este atentado fallecieron seis agentes del Instituto Armado, algunos de ellos muy jóvenes y recién salidos de la Academia de Valdemoro.
Las víctimas mortales fueron el almeriense José Antonio Martínez Pérez Castillo, Carlos Gómez Trillo, José Gómez Mariñán, Alfredo Díez Marcos, Antonio Marín Gamero y Victoriano Villamor González.


José Antonio Martínez había nacido en la localidad almerienses de Oria y en el momento de su brutal muerte tenía 26 años de edad. Fue asesinado en Lequeito junto a sus compañeros cuando daban escolta a un convoy que transportaba armas para unos ejercicios de prácticas de tiro en la playa de Vizcaya.
Los guardias civiles fueron sorprendidos por la explosión de una granada de mano que alcanzó de pleno al vehículo donde viajaban y que abría la expedición. A continuación fueron ametrallados en una cruel emboscada del comando terrorista.

El atentado se produjo a primeras horas de la mañana del viernes 1 de febrero de 1980. Sobre la siete y media de la mañana los vehículos de la Guardia Civil salían de la fábrica Esperanza y Compañía, enclavada en la localidad de alavesa de Marquina para escoltar a dos vehículos de la empresa, uno ocupado por técnicos y otro cargado con armamento, con el propósito de dirigirse a la playa de Laga a efectuar pruebas con unos morteros y granadas.
Tras sobrepasar la localidad vizcaína de Ispaster, ya superada la mitad del trayecto, sobre las ocho y cuarto de la mañana, el convoy comenzó a recorrer un pequeño tramo de curvas y espesa vegetación. En una de las curvas y desde un pequeño desmonte, un grupo de varios individuos -al menos seis- arrojaron a la carretera un artefacto explosivo mientras comenzaba un intenso fuego de fusil -tipo CETME- contra los vehículos oficiales.
Los vehículos fueron alcanzados por más de medio centenar de impactos cada uno quedando frenados y detenidos a orillas de la carretera distanciados entre sí unos cuarenta metros aproximadamente. Los agentes sorprendidos por la rapidez con que actuó el comando y sin capacidad de reacción en los primeros momentos lograron finalmente sobreponerse y enfrentarse a los terroristas en tan desigual contienda.
Al explosionar el artefacto ante el estado de indefensión de los guardias, los terroristas abrieron las puertas de los patrulleros arrojando en su interior varias granadas de mano.
Tras las explosiones el resto de los integrantes del comando lograron escapar huyendo a campo través entre ellos José Luis Ansola Larrañaga conocido con el sobrenombre de "Peio el Viejo" quien al parecer se encontraba al frente del comando terrorista.
El cadáver de José Antonio Martínez soltero y con dos años de permanencia en la Guardia Civil asignado al cuartel de Ondarria. fue velado en las instalaciones del cuartel de Basauri junto al resto de los compañeros asesinados.
Los actos fúnebres por los seis guardias civiles asesinados fueron presididos por el ministro del Interior. Los padres y un hermano menor del agente fallecido se desplazaron hasta esta localidad. La muerte del joven agente fue sentida profundamente en la provincia de Almería, de manera especial en la comarca del Almanzora donde vivía toda su familia.
Años después la Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, en su artículo 17, y la Ley 42/1999, de 25 de noviembre, de Régimen del Personal del Cuerpo de la Guardia Civil, en su artículo 16, otorgó al Consejo de Ministros la facultad de conceder ascensos honoríficos a militares cuando se den circunstancias especiales. Con el deseo de honrar la memoria de los militares y guardias civiles que fueron asesinados en atentado terrorista, a propuesta del Ministro de Defensa y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 18 de marzo de 2005, José Antonio Martínez Pérez Castillo fue promovido con carácter honorífico y a titulo póstumo al empleo de cabo. Eran tiempos duros y difíciles, en los que la sociedad española sufría un día si y otro también el zarpazo del terrorismo de ETA. La banda armada, mataba y mataba y las victimas, sus familiares, muchas veces escondían su dolor. Estas paginas están escritas con el máximo respeto y cariño a las victimas y sus familiares.
El periodo de mayor actividad de ETA coincidió con la recién llegada democracia a nuestro país entre 1.975 y 1.985. Precisamente en esos años, nueve almerienses, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad fueron vilmente asesinados.
A estos se sumaba otra larga lista de gente de esta tierra heridos con terribles secuelas para toda la vida. Militares, guardias civiles y policías fueron en esta década de los años ochenta un permanente objetivo para la organización terrorista de ETA.

Artículo publicado por Jose Angel Perez en prensa y en en el libro "Rompiendo el silencio".

Don Andres Jiménez Galera

Andres Jiménez Galera, S.D.B.

Nació en Rambla de Oria, Almería, el 25 de enero de 1904. Ordenado sacerdote, fue nombrado coadjutor de la parroquia del Sagrario de Almería y profesor de teología del seminario diocesano.

Cuando en 1934 pasó por el seminario de Almería el salesiano don Marcelino Olaechea, don Andrés aprovechó para manifestarle sus deseos de ser salesiano. Admitido el curso 1935-36 como aspirante en el colegio María Auxiliadora de Salamanca, se adaptó en seguida a la vida salesiana, que le parecía hecha a su medida. En el verano de 1936 comenzaba su noviciado en Mohernando (Guadalajara). Cuando el 23 de julio de 1936 fue asaltada la casa y detenidos todos sus moradores, don Andrés, sin lamentarse, se dedicó, junto con el director, a confortar los ánimos de los demás, exhortando a confiar en la Providencia y a aceptar cuanto el Señor quisiera disponer. Igual que los otros miembros de la comunidad, tras ser expulsados del colegio, don Andrés estuvo también deambulando durante varios días por las márgenes del Henares, en busca de cobijo.

El día 27 de julio, sorprendidos por un grupo de milicianos, serían llevados al palacio de los Marqueses de Heras, y de aquí al Gobierno Civil de Guadalajara. El gobernador ordenó seguidamente que fueran devueltos de nuevo a Mohernando, como detenidos. Pero en el camino de vuelta, un grupo de milicianos del madrileño centro de Ventas, que andaba por allí, requisó uno de los coches y, al conocer la identidad sacerdotal de uno de sus ocupantes, don Andrés, ordenaron que se dirigiera hacia la capital. Le acompañaba el estudiante profeso Eulogio Cordeiro. Cuando los coches iban por el Km. 52 de la carretera de Madrid, próximo a Guadalajara, se pararon y les obligaron a bajar. En el cacheo le encontraron a don Andrés un crucifijo. Intentaron arrebatárselo, pero él no consintió. Entonces le ordenaron que cruzara la carretera y avanzara por una tierra en barbecho hacia el río Henares. No le dio tiempo a llegar. Ocho milicianos le dispararon por la espalda y el sacerdote cayó de bruces. Uno de los que le había disparado se adelantó hacia la víctima y al ver que todavía estaba vivo le disparó el tiro de gracia para rematarlo. El cadáver de don Andrés probablemente permaneció varios días sin ser sepultado. No se logró averiguar el lugar donde fue inhumado su cuerpo.

Orígenes

Oria es una municipio de la provincia de Almería, Andalucía, España. Que cuenta con unos 3.000 habitantes. Su extensión superficial es de 235 km² y tiene una densidad de 11,14 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 37º 29' N, 2º 17' O. Se encuentra situada a una altitud de 1025 metros y a 150 kilómetros de la capital de provincia, Almería.
Los orígenes de Oria se remontan al año 3.000 A. C., cuando una oleada de emigrantes que ya conocían el cobre, se asentaron en las desembocaduras de los ríos Antas y Almanzora. Pronto ascendieron estos cauces estableciéndose por estos territorios. Provenían del Septentrión africano y eran una mezcla de los primitivos pobladores de este sector con los saharauis que se habían visto obligados a emigrar al desecarse el Sáhara.
Estos hombres, asentados por nuestras tierras, se dedican a la agricultura y materia ganadera, introducen el "Onagro" (asno africano), y se dedican a la explotación del cobre, encontrando en la Rambla de Oria algunas vetas. Para sus adornos utilizan conchas, huesos, piedras y ámbar.
Sobre el año 2.200 A. C. se detecta en el valle un encuentro violentísimo, se trata del regreso de los megalíticos, portadores de un vaso campaniforme de gran perfección; luchan contra los mineros del Almanzora, que sobreviven en algunos poblados gracias al cobre. Algunos de estos conviven con los megalíticos, otros no soportando la derrota emigran a sus tierras de Cataluña.
En la Rambla de Oria se encuentra el poblado de El Picacho, pertenece a la época argárica y se alza en la margen izquierda de la Rambla de Oria, en la zona en que esta se estrecha por el Norte formando las Bocas de Oria y se ensancha por el Sur para formar los Llanos. El Picacho se eleva 900 m. sobre el nivel del mar, se orienta de Norte a Este, es inaccesible por el costado que mira al Oeste y cae cortado a pico sobre la Rambla, y domina la entrada del referido desfiladero de las Bocas de Oria. Todo el material cerámico encontrado aquí se caracteriza por su pasta hecha a mano con desgrasante de mica y cuarzo y por carecer, de decoración.
También se ha encontrado otro asentamiento de la época argárica dentro del término de Oria, en la Cortijada conocida como el Villar, en un cerro que se conoce como "El Castellón", ya que hay también unas ruinas de una fortaleza árabe. En definitiva, en El Castellón ha estado asentado todo lo prehistórico y lo protohistórico, y lo histórico anterior a la dominacion cristiana.
Según Florian Do Campo, los orígenes de Oria podrían estar sobre el año 200 A. C. con el asentamiento del pueblo Oretano aquí en Oria y se basan en esta afirmación de escritos griegos.
...De los pueblos de la Lusitania el más al Sur era el de los Oretanos..."...La villa de Oria, de quién los cosmógrafos confiesan haber tomado el nombre de Oretanos, y junto con ella la que los griegos decían Cataoria, que significa en su lengua, lugar situado cerca de Oria..."
A finales del siglo XV, en junio de 1492, los Reyes Católicos cedieron los territorios de Oria y sus derechos a don Juan Chacón, yerno que fue del adelantado don Pedro Fajardo de Quesada. Tras la muerte de don Juan en 1503, Oria pasó a su segunda esposa, Doña Inés Manrique, quien la vendió en 1515 a Pedro Fajardo, primer marqués de los Vélez.
Esta villa era pobre y su tierra estéril, no se podía recoger ni aceite ni cera. La rebelión morisca de finales del siglo XVI también tuvo como escenario la Cuenca del Almanzora; así en Oria el Maleh formó una cuadrilla de 150 hombres, bajo el mando de Sebastián Elquagaci, y la mandó para provocar el levantamiento de los pueblos cercanos. Especialmente dramática fue la actuación realizada en Albox, donde mataron a 40 cristianos viejos, apresaron a 13 mujeres y a dos jóvenes, y saquearon sus casas.
Aparte de las bellas perspectivas sobre el valle y la sierra, Oria ofrece al visitante el interés histórico de su basílica de la Merced, la iglesia de la Sagrada Familia (siglo XVI) y el Caserío de los Cerricos.
Se dice que fue en Oria donde se construyó el primer templo parroquial de la zona, correspondiendo éste a la iglesia de San Gregorio Ostiense.
Uria (Oria) era según Ebn Aljathib, buena tierra de queso y miel, y su ambiente, aunque apacible hasta el punto de engendrar en los cuerpos languidez y molicie, no podía templar la frescura de sus aguas.
La ocupación permanente de sus naturales era la caza, que era inagotable; y sus mantenimientos eran principalmente la cosecha de cebada. Por lo demás era un campo desértico y solitario, donde reinaban el miedo y el asombro, donde no se veían palmeras ni viñas, y sólo a propósito para las invasiones de enemigos y su persecución.
En eminente sitio que la hace fuerte, rodeada de fructíferas arboledas de frutas tempranas, está la villa de Oria que está de Granada a la parte de Levante, abundante de pan, vino y aceite, carne y casas, gozando de saludables vientos y dulces aguas, con buena cría de seda; habítanla ochenta vecinos en una parroquia, obispado de Almería.
Es fundada por los Túsculos Andaluces, poseída de Mahometanos a quién la ganaron don Fernando el quinto y doña Isabel cuando ganaron la ciudad de Baza y nuestro Rey don Felipe II la pobló de cristianos, repartiéndose sus tierras y habitaciones cuando expelió a sus naturales moriscos.
Término de Oria. Afluyen al Almanzora dentro de este término: La Rambla de los Cuichados, que le sirve de límite con Lúcar, la que recibe a su izquierda, el Barranco del Agua, el del Tranco, al que viene el de Tello, y la Rambla de las Minas, la del Huerto, la de Los Pinos, a la que vierte el Barranco de los Derramadores, estando un poco más abajo el Caserío de Fuente del Negro y después el del Puntal.
Esta Rambla de los Cuichados toma después el nombre de Chaparral y sirve de límite con Somontín y Purchena. Después viene el Barranco de La Cerca, al que se le unen, por la izquierda, el del Cortijo y el del Osete y por la derecha Barranco del Cirujano.
Después viene la Rambla de los Canales, que luego se le llama de la Fuente de Parra, la cual recibe su izquierda a la Rambla del Tollo, a la que afluyen la del Corral y esta recibe los Barrancos de Gorreta, el de Malpasico, que nace en el Cerro de la Uvica y Barranco de Poca Agua. Antes de la unión de estos a la Rambla, está Oria a su izquierda y luego la Rambla de Marales. A la Rambla de la Fuente de Parra vierten por su derecha, la Rambla del Puerto y la de la Vega y la Rambla de la Media Legua, a la que afluye el Barranco del Campillo de Lozano y el de la Torre.
Después la Rambla de Oria a la que abocan, a la izquierda, los barrancos de Ran y Grande -en cuyo lado está el Caserío del Alamo- uniéndose el de las Casas, y estos al Aguador; después el Barranco de las Zorreras y el de Campos, a su derecha tiene el Caserío de los Quicos, el Barranco de Lúcas y el de la Bodega, que vienen a la Rambla de Aspilla; luego el Barranco de la Tía y el de Melguizo -entre ellos está el Cerrico del mismo nombre-, la Rambla de Don Pedro, los Barrancos de Zarza y de los Alejandros y Rambla Seca, el Barranco del Saltador y el del Pocico -a la izquierda de está el Caserío del Margen- y el Barranco de la Zorra; luego el Barranco Rambla Vieja, el del Picacho, el de Axix, y el de Medina, y mas abajo el Caserío de los Chacones.
A la derecha de la Rambla de Oria afluyen: el Barranco Cerro Pelao, que nace en dicho cerro, el de las Ortigas, la Rambla de Cañadeja a la que van los Barrancos del Palomo, el del Juncal, el del Pozo el de los Pastores -a su izquierda está el Caserío de los Pastores-los Barrancos de los Peñoncicos, del Puerto, de la Alcantarilla y del Quilez, que nace en el Cerro del Monje; el Barranco de los Hornos, al que afluyen el de la Cruz, el de Reche, al que tributa el de Cañico, Pastores y Mina; el Barranco de la Poza y el de Oria a su derecha está caserío del Peñón-; después viene el arroyo de Olías, al que afluyen a su izquierda, los Barrancos de Doña Juana, el de Santiago, el de los Cajares, el de Oria, -a su derecha queda el caserío de los Cerricos-los Barrancos Talas, el de Villar, el de la Balsa, el de Collado de la Madera y el de la Rellana; por la derecha viene al Arroyo de Olías, los Barrancos de Dez, el de las Minas, el de las Rozas, el de la Umbría y el del Pozo. Después la Rambla del Saliente, que recibe por su derecha el Barranco de la Isidora, el de la Madrina, el de los Pelaos, y el de los Pinos.
Oria con ayuntamiento en la provincia diócesis de Almería, y partido judicial de Purchena, goza de buena ventilación y clima despejado y saludable. Los edificios que forman la población se hallan distribuidos en varias calles irregulares y de mal piso. Tiene cuatro plazas, dos de ellas bastante espaciosas, llamadas de la Iglesia y del Mercado, una escuela de Educación Primaria, a la que asisten de 45 a 50 niños, dotada con 800 reales pagados de fondos propios, una iglesia parroquial (Ntra. Señora de las Mercedes).
En esta iglesia colocada casi al extremo oeste de la villa, sirven el culto: 1 cura párroco, 2 tenientes, 2 beneficiarios, 1 clérigo particular y 1 sacristán. También existe una ermita extramuros bajo la adbocación de San Gregorio y 4 de los caseríos de Aspilla, Contador y Cerricos y Rambla. En el término se encuentran varias fuentes de exquisitas aguas, siendo las más abundantes las denominadas Polaca y Roca de Oria, las cuales dan movimiento a diferentes molinos harineros.
El terreno participa de monte y llano, y es bastante productivo. Los Caminos son todos de herradura, pero transitan también algunos carruajes. Produce granos de todas clase y ganado lanar y cabrío. Industria: la agrícola y la fabricación de lienzos y colchas que se llevan a vender a la Mancha y a Castilla; los domingos de cada semana se celebra mercado, del cual son objeto principalmente los granos. Población 1.400 vecinos, 5.600 almas.
Oria, villa de la provincia de Almería y partido judicial de Huércal-Overa, a 113,6 Kms. de la capital, situada a 1.022 m. de altitud, municipio con 2.500 habitantes aproximadamente y 234 Km2. de superficie. Población del Valle del Almanzora situada en las estribaciones mas altas de la Sierra de las Estancias, frente a la Sierra de los Filabres.