Aquella niña de Los Cerricos que anunció la presunta aparición de la Virgen de Fátima, el 31 de julio de 1947. Este hecho, recogido en el diario "Yugo", provocó días después, el 10 de agosto, que más de 4.000 personas se congregaran en la pedanía orialeña a la espera de un posible milagro. Según recuerda Alberto Cerezuela en su obra “La cara oculta de Almería”, Ginesa, que entonces contaba con catorce años de edad, se encontró aquella mañana de verano a una mujer “de facciones perfectas, como si fuera un retrato de los hermanos Van Eyck” que la saludó amistosamente desde un montículo de rocas, cuando la joven paseaba por la zona. Tras un segundo encuentro, en el que Ginesa sintió “una paz tranquilizadora”, la niña volvió a ver a la Virgen y le transmitió a sus familiares que le había pedido que se pusiera un hábito como el que ella portaba y que si lo hacía se aparecería en la fuente del pueblo a todos los vecinos el 10 de agosto de 1947. Llegó la fecha y miles de vecinos se citaron en el lugar aunque solamente Ginesa afirmó ver a la Virgen María a los pies de un almendro. “Cuando despertó de su éxtasis afirmó que la Virgen se despedía, alejándose lentamente en dirección al Monasterio del Saliente, en Albox, situado a cinco kilómetros del lugar exacto de esa última aparición”.
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